El Reglamento General de Protección de Datos ha pasado a concentrar una mayor importancia con la aparición de la era digital. Cada vez son más las empresas que recopilan una serie de documentación confidencial en internet y ello lleva a que tengan un riesgo superior. Es por ello por lo que la Unión Europea ha implementado el RGPD.
Para asegurar que se cumpla este reglamento, se han establecido una serie de sanciones importantes para los que no cumplan con lo que exige el RGPD. Estas sanciones dependen de la gravedad. En los casos más extremos, la cantidad puede rondar al 4% del volumen del negocio global anual de la empresa o 20 millones, según sea la cantidad más elevada.
Además de las sanciones económicas, si se incumplen las medidas, el RGPD puede obligar a cesar el tratamiento de datos personales o la obligación de informar a las personas afectadas sobre la infracción y las medidas que se van a llevar a cabo para solucionarlo. Con estas sanciones, consiguen, en cierta medida, que los datos se traten de manera segura y se cumplan con los principios y obligaciones exigidos por el RGPD.
En el caso de que se viole la Ley de Protección de Datos, las empresas se exponen a multas económicas muy elevadas. Esto lleva a una mala reputación de la imagen de la marca. Si no se cumplen con las obligaciones, pueden llegar a perder la confianza del público y, en especial, la de los clientes de la empresa.
Con estas infracciones se ponen en peligro las informaciones personales de los individuos. Esto puede hacer que se realicen robos de identidad y fraudes financieros con estos datos. Las personas a las que les afecte la violación de la Ley de Protección de Datos tienen el derecho de presentar demandas legales contra los responsables.
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