Con la irrupción completa de la implantación de la fibra óptica, la compañía de telecomunicaciones Telefónica, ha tomado la decisión de cerrar todas sus centrales de cobre, según ha anunciado la compañía a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de España. Una clausura que coincide con el centenario de la empresa.
Esta decisión repercutirá en el cierre de 3.329 centrales de cobre, un proceso que ya está puesto en marcha y se intenta que en este 2024 se termine con la implantación de la fibra óptica en todos los centros. La decisión viene meditada y tiene la finalidad de reducir el consumo energético y la huella de carbono.
La transformación va más allá de llegar a la fibra óptica y pretende añadir tecnologías de última generación en ellas. Esto se relaciona con el despliegue de redes 5G, que ocupa un 85% de la población en las capitales y grandes ciudades de España.
La ocupación total de la fibra en las redes significará una evolución positiva en el aspecto energético. La eliminación de las centrales de cobre y la inversión en las energías renovables propician que el consumo energético se mantenga estable mientras el tráfico de datos aumente.
Todas estas acciones se realizan con la finalidad a largo plazo de que la transformación de la red sea mediante una cuestión energética y con la determinación de poder abarcar todas las operaciones con energías renovables.